Descubrir que tan solo eras una mascara, de esas que endulzan, hacen reír, secan las lagrimas y cuando ya no pueden sostenerse, caen por el deterioro convirtiéndose en un arma de destrucción masiva para el ser "querido".
Llorar es humano, reír es humano, odiar es humano, extrañar es una tortura.
Siempre fui fiel a tu imagen, postura, mente, creatividad, ¿porque huir nuevamente?, ¿Acaso no lo tenias todo?, ¿Acaso no querías recomponer tu exilio?. Tengo millones de preguntas que tan solo contestas con un "A veces tengo que huir porque no puedo más". Llegue a detestar tu vida, llegue a negar tu existencia en silencio, llegue a perdonarte por abandonar mi niñez; todo cae en la temida balanza , lo bueno, lo absurdo, lo malo, lo incompleto, es una extrema pelea para no odiarte. Y así estamos, luchando para que el corazón deje de bombear sentimientos" boludos", para que deje el martirio de lado y se emborrache con el cerebro. Imposible, ¿no?. A veces pienso, que seria de mi, si fuese un sujeto frió y despreciable, de esos que odian al universo y se encabronan con el aire, me encantaría ver esa faceta en el espejo, en las tablas. Propuestas para desabrochar el cinturón y lanzarme a crear obras venenosas.
Había puertas que pude elegir para que esto no volviera a suceder pero lo que se cura mal, vuelve a supurar creando una infección más aguda y créeme que duele más que el primer tajo.
A pesar de todo, voy a morir extrañandote, una vez más, como hace 18 años atrás. "Gracias por venir y haberte ido", prometo batallar con mis sentimientos para no sacarte de mi sistema. Prometo esperarte siete años más.
